Creatividad asistida, inteligencia artificial y la superación de las restricciones en la tecnología.
Edwin Andrés Noguera Rosero | 27 de julio del 2023
La artista Sougwen Chung haciendo trazos en conjunto con un brazo robótico
La obra La Fuente de Marcel Duchamp representó uno de los cambios artísticos más significativos de los últimos 100 años, desafiando y redefiniendo la concepción tradicional del arte. Del mismo modo, la llegada de la Inteligencia Artificial (IA) está marcando una transformación aún más revolucionaria, con un impacto sin precedentes en el mundo artístico (Mir, 2023). En la relación entre las personas y la tecnología, se hace fundamental comprender cómo los seres humanos operan dentro de las restricciones de la tecnología y cómo les es posible superar dichas restricciones. El entrenamiento humano en el uso de estas herramientas es actualmente más vital que nunca para el perfeccionamiento de los resultados que se buscan con la creatividad y la innovación; esto marca la diferencia entre un uso estimulante de la tecnología, y un uso que recae en una mera dependencia o pérdida de autonomía del ser humano.
La llegada de la IA plantea diversos interrogantes acerca de la existencia de una creatividad e imaginación computacional distinta a la humana. Surgen cuestionamientos sobre la noción tradicional de autoría debido a la existencia de códigos que aprenden y se modifican a sí mismos; la hibridación entre la creatividad humana y la no humana aparece como un nuevo paradigma. Además, emerge la pregunta fundamental sobre si el arte puede existir sin la intervención del ser humano, y si las obras producidas por la IA pueden ser consideradas arte legítimo. Todo este escenario genera un intenso debate, no sólo sobre la definición del arte y su naturaleza, sino también sobre la especificidad y la diferencia entre la creatividad humana y la de los dispositivos no humanos (Rodriguez-Ortega, 2020). La implementación de la IA en el ámbito creativo ha dado lugar a una nueva forma de expresión: la creatividad asistida, donde la IA se convierte en un poderoso aliado para los artistas y la creatividad. A pesar de que muchos artistas o creadores vean en la IA una amenaza, también se ha hecho evidente las posibilidades de la IA para revolucionar la creatividad, transformar el panorama artístico y cuestionar pertinentemente las concepciones previas sobre la esencia humana (Mir, 2023).
Los sistemas artificiales tienen la capacidad de potenciar la creatividad humana al brindar una amplia cantidad de información y opciones, facilitando la detección de patrones y conexiones que podrían no ser percibidos con la observación común (Mir, 2023); por otra parte, pueden ayudar a emular o simular situaciones o bien facilitar la interacción entre la audiencia y la obra a través de sensores, diferentes dispositivos o recolección de diferentes tipos de información. También puede permitir procesos de reapropiación y resemantización cultural de determinados símbolos, formas, figuras, o motivos gracias a que puede facilitar el descubrimiento de patrones culturales ocultos o la experimentación más allá de los límites técnicos. Asimismo la IA puede generar propuestas que pueden variar en su cercanía a la idea inicial del usuario, a veces acercándose y otras veces alejándose; no obstante, la IA puede ofrecer resultados disruptivos o estimulantes que pueden mejorar la idea original o insinuar nuevos conceptos (Mir, 2023). La IA se puede emplear como un medio para la inferencia lógica, redefinición de hipótesis, o para indagaciones que parten de información incompleta y han de ser exploradas a través de un razonamiento deductivo, lo cual es un proceso útil para encontrar nuevas hipótesis y controlar las inconsistencias en diferentes procesos de análisis (Luna Ramírez, 2018).
Espectadora contemplando la obra Melting Memories de Refik Anadol
La IA también se emplea para emular distintos tipos de creatividad humana. Por ejemplo, puede imitar la creatividad combinatoria, que consiste en combinar elementos preexistentes de manera innovadora para generar nuevas ideas o soluciones. Asimismo, puede imitar la creatividad exploratoria, que se aventura en nuevas ideas o formas, explorando terrenos desconocidos y desafiando convenciones establecidas. Por último, la IA puede emular la creatividad transformadora, que implica la reinvención radical de ideas, formas o conceptos existentes, generando perspectivas frescas o una nueva visión del mundo (Mir, 2023).
A partir de lo anterior, en el campo del arte han surgido diversas técnicas basadas en las posibilidades de la IA en las que se evidencia un uso tradicional por parte de los creativos como también un uso alternativo o disruptivo que refleja exploraciones interesantes. Por ejemplo, artistas como Sergio Albiac o Sougwen Chung han realizado trabajos en los que se han apoyado de la técnica llamada generative art en la cual usan imágenes generadas por la IA para pensar y articular nuevos conceptos que después reproducen mediante medios análogos o manuales bien sea en interacción o no con lo generado por la IA (Rodriguez-Ortega, 2020). Por otro lado, la técnica bautizada por el artista Mario Klingemann como Neural glitch consiste en introducir de manera deliberada y aleatoria modificaciones en una red neuronal generativa para que la IA sea incapaz de interpretar adecuadamente los inputs. Esta creación deliberada de un comportamiento anómalo ha sido usada por el artista para la creación de imágenes imposibles, inesperadas o surrealistas en un proceso de transformación continua y autónoma (Rodriguez-Ortega, 2020).
En esta misma línea, han surgido espacios en el que la inteligencia artificial no está reñida con la individualidad ni con la intimidad, por el contrario ha representado un puente interesante entre diversas áreas. El Data art, por ejemplo, combina la creatividad artística con la interpretación y visualización de datos, permitiendo a los artistas explorar y representar aspectos diversos de la realidad y la experiencia humana mediante técnicas de recopilación que funcionan con base en algoritmos. Una obra de este corte se titula Melting Memories, del artista Refik Anadol, esta manifiesta el cruce entre neurociencia, arte y tecnología. Su enfoque se basa en la recopilación de datos neurológicos mediante algoritmos sofisticados, para luego transformar estos datos en cautivadoras estructuras visuales que ofrecen una visión única del funcionamiento del cerebro a lo largo del tiempo. A través de esta obra, Anadol profundiza en la naturaleza de los recuerdos y cómo estos se materializan en nuestra mente (Mir, 2023). Esta fusión de arte y ciencia facilitada por los algoritmos deja reflexionar sobre cómo la inteligencia artificial y la tecnología pueden contribuir a comprender los procesos cerebrales profundos, revelando aspectos de la existencia de forma sensible. La obra de Refik Anadol invita a contemplar la intersección entre lo humano y lo artificial, ampliando los límites de la creatividad y la expresión artística en el mundo contemporáneo.
A propósito de esto, es posible encontrar varios materiales en línea para aprender a utilizar este tipo de recursos. La plataforma online llamada Kadenze ofrece diversos cursos que pueden tomarse en una versión gratuita en algunos momentos del año (Kadenze, s.f.) entre los cuales están Machine Learning for Musicians and Artists, Creative Applications of Deep Learning with TensorFlow y Generative Art and Computational Creativity. Entre otros, también se encuentra el curso de acceso libre titulado MIT 6.S192: Deep Learning for Art, Aesthetics, and Creativity; el cual se puede encontrar en YouTube o en una página web titulada con el mismo nombre (Jahanian et al., 2021); este contiene una serie de conferencias de diversos expertos sobre el uso de técnicas de inteligencia artificial en el campo del arte y la creatividad.
A la luz de las posibilidades ofrecidas por el desarrollo de los algoritmos computacionales y la inteligencia artificial, es imprescindible pensar en el desarrollo del sector del arte y la cultura como un campo que posee, desde esta nueva interactividad, el potencial de involucrar profundamente al ser humano con sus entornos, contextos y ecosistemas mediante experiencias estéticas que pueden trascender cada vez más de la contemplación. El concepto de lo que opera hoy en el mundo como el derecho a una vida digna o a una buena calidad de vida, incrementaría así sus alcances hacia la búsqueda de un relacionamiento estético óptimo y vital del ser humano con la experiencia de vivir; lo cual contribuiría enormemente a construir una práctica más consciente de lo humano y su existencia. En otras palabras, se trata entonces de propiciar que los conceptos de experiencia estética y experiencia de vida se fundan en uno solo en diversos aspectos de la sociedad y que el contacto con el arte no esté ceñido o limitado al hecho de asistir a un determinado espacio convencional.
En cuanto al medio ambiente, por ejemplo, comienza a surgir el concepto de tecnodiversidad como un ámbito en constante retroalimentación con lo entendido como biodiversidad. El concepto de tecnodiversidad nace de la exploración de oportunidades para crear e implementar enfoques tecnológicos que vayan más allá de lo convencional. Busca establecer una alianza armoniosa entre el mundo tecnológico y su interacción con lo humano, evitando quedarse en lo preestablecido. Esta perspectiva refleja una preocupación genuina por el desarrollo de la tecnología en armonía con la naturaleza, buscando beneficios mutuos (Mir, 2023). Este tipo de puentes parecen posibles sólo a través de pensar el desarrollo tecnológico dentro del ámbito de lo estético. En esta línea se pueden mencionar artistas como el mexicano Gilberto Esparza (Esparza, s.f.), cuyas obras soportan componentes tecnológicos y biológicos. En uno de sus experimentos titulado Perejil buscando el sol (Esparza, 2008), una planta optimiza su forma de estar en contacto con el sol desplazándose mediante mini motores, capasitores y celdas solares. Asimismo el grupo Jóvenes Creadores 2009 FONCA de México, a través de la Fundación Colección JUMEX y el Programa de Apoyo a la Producción e Investigación en Arte y Medios 2009 del Centro Multimedia en el Centro Nacional de las Artes, realizaron el proyecto titulado Plantas nómadas, una planta nómada es un robot biotecnológico que alberga un ecosistema único de plantas y microorganismos que coexisten en simbiosis dentro de su estructura. Este organismo especial se desplaza por áreas cercanas a ríos contaminados por desechos urbanos. Su objetivo es encontrar agua residual y procesarla para convertir nutrientes en energía vital, asegurando así el cumplimiento de sus ciclos vitales en un entorno cambiante (Esparza, 2009).
Es posible hallar bastantes exploraciones que reflejan usos sostenibles y no convencionales de la tecnología que a la vez representan experiencias estéticas. Una exploración interesante se puede evidenciar en la obra titulada Solar sinter project del artista Marcus Kayser, en esta prueba innovadora, la luz solar y la arena se convierten en recursos fundamentales para crear objetos de vidrio. Se emplea una avanzada técnica de impresión 3D que combina la energía y los materiales naturales mencionados con mecanismos ingeniosos para llevar a cabo diferentes creaciones. De esta manera, se logra un proceso que fusiona la potencia de la naturaleza con la precisión tecnológica para obtener objetos de vidrio únicos (Kayser, 2011). Con esta técnica, la obra manifiesta un cuestionamiento sobre el futuro de la fabricación, una actividad tecnológica que ha sido contaminante, y despierta posibilidades sobre el aprovechamiento del sol como el recurso energético más eficiente del planeta.
Trabajos como los de la artista Ana Laura Cantera de Argentina, llaman la atención sobre posibles escenarios de diálogo desde una perspectiva no-antropocéntrica y distante de las hipermediaciones tecnológicas. La artista orienta su mirada hacia fenómenos vitales para el equilibrio natural pero que usualmente son ignorados, ante lo cual la tecnología opera como un agente de visibilización de estos procesos y se integra a los ecosistemas (Yeregui, 2016). El reflejo de esto se puede apreciar en su obra Nidos de equilibrio, la cual consistió en un taller comunitario de construcción con una comunidad rural local de Brasil para adolescentes entre 13 y 18 años. El proyecto consistió en crear ladrillos autoenergéticos utilizando materiales locales como tierra arcillosa, hojas de caña partida y agua de río. Dentro de estos ladrillos, se incorporaron cápsulas de plástico biodegradable que contenían una mezcla de barro del entorno y desechos orgánicos en descomposición. Esto permitió generar energía limpia mediante la metabolización de bacterias presentes en los desechos orgánicos. La energía producida se utilizó para alimentar una pequeña luz en una estructura con forma similar a un nido de termitas, formando así un conjunto de construcciones utilitarias autónomas (Yeregui, 2016).
Un nido de la obra Nidos de Equilibrio de Ana Laura Cantera
En el ámbito de la educación la IA puede jugar un papel fundamental en el aprendizaje al incentivar la creatividad y la imaginación a favor de la generación de interés en el conocimiento y la búsqueda del mismo. En otras palabras, la IA puede propiciar procesos de aprendizaje estimulantes, significativos o profundos al facilitar que la educación sea una experiencia estética o interactiva, abierta a una noción de educación expandida e inclusive extramuros. Esto es posible a través de la llamada realidad mixta o imaginación interactiva permitida por la fusión de la imaginación con el ser físico y la presencia virtual (Stapleton et al., 2002). El Centro de Virtualidad Avanzada del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha realizado importantes avances en combinar la imaginación con el mundo físico a través de los avances en el arte y la ingeniería de las tecnologías de realidad extendida. Han logrado simular fenómenos sociales como la discriminación en lugares de trabajo, prejuiciosos en el aula, microagresiones, entre otros, en la busqueda de provocar una transformación prospectiva en la cultura y la sociedad a través de videojuegos, diversas experiencias inmersivas e interactivas (Fox Harell, 2021). Una de ellas es el documental interactivo titulado In the event of moon disaster, en este proyecto se utiliza la técnica deepfake que consiste en editar vídeos falsos de personas que aparentemente son reales, utilizando para ello un tipo de algoritmo de inteligencia artificial denominado red generativa antagónica; esta obra busca despertar cuestionamientos sobre un futuro lleno de desafíos sobre la cuestión de la verdad y la desinformación (Arts at MIT, 2019).
En el campo de la salud la IA ha desempeñado un papel importante en combinación con el arte en el campo de la musicoterapia, especialmente en aquellos enfoques aplicados por expertos como el musicoterapeuta y psicólogo Miguel Basabe, docente de la Universidad Nacional de Colombia. A través del uso de dispositivos en forma de diadema con sensores integrados como los de la empresa Emotive, ha conseguido monitorear el estado emocional de los pacientes durante las sesiones de terapia al tiempo que se realizan actividades de improvisación musical, composición musical, recreación y recepción de música. La incorporación de la IA en estas sesiones permite registrar la actividad neuronal y cerebral durante el proceso terapéutico y con ello identificar estados emocionales funcionales, lo que brinda información valiosa sobre los niveles de atención, compromiso y relajación del paciente. Del mismo modo, en estudios dirigidos por el profesor Basabe y el musicoterapeuta y compositor musical Andrés Ojeda, se ha logrado, a través de la IA, analizar patrones comportamentales y cognitivos relacionados con ciertos tipos de música. involucrando a grupos intergeneracionales y personas con demencia o enfermedades degenerativas como Alzheimer o Parkinson. En esta práctica, sin la IA, no se podría clasificar con tanta precisión toda la información recolectada. (Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia, 2020).
La IA también ha permitido el surgimiento de modelos de economía colaborativa o de economía creativa muy destacados en el ámbito del arte. El proyecto RRReMaker es una plataforma de fabricación basada en IA, automatizada y escalable en materia de economía circular; fue concebida desde la llamada cultura maker y se fundamenta en reutilizar, reducir y reciclar. Busca contribuir al diseño y la producción de productos hechos a mano, prototipos rápidos y reacondicionados, en función de la disponibilidad de bienes usados y desechos reciclables recolectados. Este proyecto ha recibido financiación del Programa de Investigación e Innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en el marco del acuerdo de subvención Marie Skłodowska-Curie n.º 101008060. Opera fomentando la colaboración entre fabricantes digitales y artesanos tradicionales, diseñadores, empresas creativas y empresas sostenibles, en un modelo innovador de gestión híbrido que se apoya en comunidades de conocimiento, ecodiseño e invención para lograr una mayor democratización. Esta integración combina la economía naranja, compartida y circular, creando así un enfoque integral y sostenible para impulsar la innovación y el progreso (RRReMaker, 2022).
Esta plataforma computacional inteligente representa un enfoque disruptivo que reúne diversos campos para compartir información y enriquecer el proceso creativo. Busca convertirse en un lugar clave al incorporar avanzados algoritmos avanzados de diseño generativo, así como clasificadores de aprendizaje automático, algoritmos de big data, computación en la nube y datos experimentales. Estos algoritmos trabajan conjuntamente para predecir estructuras, formas, materiales, colores y adornos, tomando en cuenta parámetros tanto tradicionales como innovadores, así como materiales reciclados. Esto permite generar propuestas creativas de manera más eficiente y sostenible. Además, la plataforma evidencia una función crucial: ser el punto de encuentro entre los recolectores de materiales reciclables y los ecodiseñadores, fabricantes ecológicos, facilitando la colaboración y la creación de productos responsables con el medio ambiente. De igual manera, la plataforma utiliza información de ventas previas para generar mapas de características de los productos existentes en el mercado y, a partir de estos datos, propone automáticamente cambios que puedan hacerlos más innovadores y atractivos (RRReMaker, 2022).
No obstante cabe resaltar que no solo es importante superar la restricciones que la tecnología imprime sobre el ser humano desde la concepción hegemónica de su uso, sino también como una herramienta limitada dentro de un proceso de creación. Llevar a cabo técnicas particulares para contrarrestar estos riesgos se convierte en un ámbito más a tener en cuenta en la creatividad asistida. Una buena técnica para detectar posibles riesgos en un proyecto de IA es realizar una evaluación premortem. A diferencia de la perspectiva tradicional, esta técnica implica visualizar un escenario futuro donde, después de haber implementado el proyecto, los resultados son diferentes a los que se esperaban. En otras palabras, se trata de imaginar que el proyecto ha fracasado. Una vez que los creadores se proyectan en ese futuro no deseado, se procede a analizar las razones y los puntos críticos donde el proyecto falló. Esta es una manera valiosa de anticipar posibles obstáculos y tomar medidas preventivas antes de que ocurran (Secretaría de Innovación Pública, s.f.).
La combinación de tecnología y arte plantea la pregunta sobre cómo el arte, que en gran medida busca cuestionar y plantear problemas desde diversas perspectivas críticas, puede beneficiarse de la tecnología, la cual tiene como objetivo resolver problemas y satisfacer necesidades. Al parecer, las nuevas posibilidades de análisis, procesamiento y recolección de información permitida por la IA han logrado expandir las posibilidades del arte y la creatividad hacia campos más científicos; lo que representa un mecanismo con mayor diversidad dentro del panorama de la generación y transmisión del conocimiento y la solución de las problemáticas contemporáneas del mundo. Al mismo tiempo, la mirada crítica propia del arte, puede permitir replantear los usos de la tecnología, que por su desarrollo alejado de una perspectiva sensible, ha puesto al medio ambiente y a la sostenibilidad del planeta en graves riesgos, trastocando las dimensiones sociales y culturales. Ahora, esta simbiosis entre creatividad y tecnología ofrece un enfoque más holístico para abordar los desafíos del presente y del futuro, fomentando la innovación responsable y sostenible, e inclusive nuevos modelos económicos incluyentes. Al igual que Duchamp desafió las normas establecidas en su tiempo, el dominio de la IA puede permitir a los artistas desafiar las convenciones actuales, no solo del campo artístico o cultural, sino de cualquier campo. En todo este contexto, se evidencia que el enfoque creativo enriquece enormemente los alcances de la IA, pues sin la perspectiva crítica del arte, quizá sea imposible orientar el potencial de la herramienta hacia sus mejores posibilidades.